Recomiendo para familias buscando lujo

El trato del personal fue muy bueno, especialmente Katharina, que nos atendió con mucha amabilidad. La habitación contaba con unas comodidades lujosas, como una ducha de lluvia y una bañera de hidromasaje que nos relajó después de un largo día.

No fue económico, pero valió la pena.

La experiencia fue increíble durante nuestra estancia de cuatro noches. Apreciamos mucho la atención personal, especialmente de Katharina, que se preocupó por una cazadora que dejé atrás en la recepción. Estar tan cerca de la Catedral de San Esteban facilitó explorar el centro de Viena, y disfrutar de un café vienés justo al lado fue un plus. En general, el ambiente del lugar nos permitió relajarnos después de cada día de turismo.

Excepcional bar en la azotea, Acceso conveniente al transporte público, Instalaciones para eventos sobresalientes

El acceso al hotel es frustrante, con la recepción en el sexto piso. Las largas esperas en el check-in hacen que sea una experiencia molesta. Un poco más de atención al mantenimiento de las habitaciones sería genial!!!

Las vistas desde la habitación eran espectaculares, justo enfrente de la catedral. Además, descubrí que tienen un bar en la azotea que es perfecto para comenzar la noche.

me sentí mejor que en casa, no tengo ninguna pega

Las vistas desde mi habitación son espectaculares, enfrente de la catedral. El desayuno en la azotea es una experiencia inolvidable. Sin embargo, el acceso al hotel es complicado y la recepción se encuentra en el sexto piso. Importante mencionar que tienen servicio de alquiler de bicicletas, lo cual es genial para explorar la ciudad.

la ducha de lluvia fue un placer, pero la decoración se ve algo duls.

La atención del personal fue increíble, siempre dispuestos a ayudar. La habitación contaba con una ducha de lluvia que realmente hizo la diferencia. La ubicación es ideal, perfecta para disfrutar de todo lo que el centro tiene para ofrecer.

El acceso a la recepción puede ser un poco confuso y podría mejorar con una mejor señalización.

La habitación es súper cómoda, y las vistas de la catedral son impresionantes. Tuve una ducha de lluvia que fue un placer después de un día caminando. me gustó que la cama es amplia y acogedora, ideal para descansar. Sin embargo, me hubiera gustado un poco más de atención a ciertos detalles, como la falta de algunos snacks en la habitación. Pero, en general, estuvo bien. Definitivamente, vale la pena por el lujo que ofrece.

gran experiencia, pero con algunos detalles que mejorar

Me encantó la atención del personal, especialmente de Katharina, que se preocupó por mi cazadora olvidada y se aseguró de que me la enviaran. Las vistas desde mi habitación eran impresionantes y la cama era excepcionalmente cómoda, lo que hizo que mis noches fueran muy placenteras. La ubicación es perfecta, a pocos pasos de una famosa cafetería vienesa.

El acceso al hotel es confuso y la recepción está en el sexto piso, lo que puede resultar frustrante.

una experiencia inolvidable con vistas espectaculares desde una suite única y un servicio excepcional en el corazón de viena

El hotel tiene un diseño impresionante y una ubicación inmejorable justo enfrente de la catedral. Las comodidades son de lujo, y el desayuno es un festín delicioso. ¡No se lo pueden perder!

Los platos británicos eclécticos en el restaurante son un verdadero festín, ¡no te los pierdas! Además, la atención fue excepcional. Katharina nos ayudó mucho, y hasta se preocuparon por una cazadora que olvidé. Es uno de los hoteles con mejor trato que he encontrado.

Encontrar la recepción es un lío. Sin señalización, tienes que subir al sexto piso, en medio de dos restaurantes, lo que no da esa sensación de exclusividad que esperas. Algunas cosas como la escasez de agua y snacks en la habitación no cumplen con las expectativas de un hotel de cinco estrellas.